sábado, 29 de octubre de 2011

¡Y a correr!


Y ya puesto en eso de dejar de fumar se me ocurrió,  como cosa muy sencilla y natural, poner  mi cuerpo a trabajar , y claro que la manera más económica y sencilla de hacerlo, era,  salir a correr, aquí mismo, en la cuadra, tan llena de perros, que ingenioso que inteligente y esto debía ser un espectáculo digno de las tablas de broadway o del cirque du soleil  porque mi fama de vago haragán me precede y verme en pants y en tenis correteando mariposas tal cual niño con déficit de atención, es tan extraño, como los avistamientos de ovnis y la exenciones de impuestos , sino es que más. 

Y mis buenas vecinas sin que hacer, (Solo las sinquehacer aclaro)  Me contemplaron partir de la puerta de mi casa a paso de marcha o trote lento, sin veleta, sin rumbo fijo y no me siguieron nomas porque ellas tienen la misma costumbre deportiva que yo solía tener hasta ese día, ósea, no correr ni por su propia supervivencia.

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