Y ya puesto en eso de dejar de fumar se me ocurrió,
como cosa muy sencilla y natural, poner mi cuerpo a trabajar , y claro
que la manera más económica y sencilla de hacerlo, era, salir a correr,
aquí mismo, en la cuadra, tan llena de perros, que ingenioso que inteligente y
esto debía ser un espectáculo digno de las tablas de broadway o del cirque du
soleil porque mi fama de vago haragán me precede y verme en pants y en
tenis correteando mariposas tal cual niño
con déficit de atención, es tan extraño, como los
avistamientos de ovnis y la exenciones de impuestos , sino es que más.
Y mis buenas vecinas sin que hacer, (Solo las sinquehacer
aclaro) Me contemplaron partir de la puerta de mi casa a paso de marcha o
trote lento, sin veleta, sin rumbo fijo y no me siguieron nomas porque ellas
tienen la misma costumbre deportiva que yo solía tener hasta ese día,
ósea, no correr ni por su propia supervivencia.
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