Ahora me he ido a jugar futbol en la mañana, primera vez en
un año creo y mientras caminaba alegremente hacia la canchita de cemento que
está bajo la glorieta de vaqueritos, disfrutando del sol, pasando el
balón con los amigos, riendo de sus bromas y gozando de la vida, me preguntaba
¿Por qué deje de jugar?
Llegamos a la cancha, organizamos los equipos y pusimos el
balón en juego, un cuate de como 1.5 de estatura a quien con ingenio y
originalidad apodamos el chaparro, corrió con el ovoide muy cerca de mí,
como era mi rival lo perseguí intentando despojarle de la pelota, siéndome
imposible esto, decidí que la mejor estrategia entonces era estorbarle para
evitar que la jugada creciera, siéndome imposible esto , decidí hacerle una
carga para por lo menos evitar que alcanzara la pocición idónea del pase en
diagonal matona, al lado de nuestra portería, siéndome imposible esto, decidí
hacer uso del colmillo y jalar disimuladamente su camiseta para detener o
aminorar su marcha, siéndome imposible esto, decidí ya abiertamente meterle el
pie para que se viera que traía bien puesta la camiseta y que podía ser un cochinote
cuando el equipo lo requería, siéndome imposible esto, decidí esperar a una
nueva oportunidad para demostrar mis dotes futbolísticos y mi entrega hacia el
equipo, así que me detuve a descansar y tomar aire, siendome imposible esto, pedí mi cambio y vi el resto del partido
desde las gradas… Ya me acorde por que no juego.
...de oxigeno
...de oxigeno
No hay comentarios:
Publicar un comentario